En un ambiente íntimo en la sala madrileña Hangar 48, a veces necesario para disfrutar de una buena presentación de disco, Los Vinagres se hacen esperar. Como antesala del show son presentados al público y podemos ver en primicia el disco físicamente, con su característica portada donde se plasma de forma gráfica todo lo que nos han querido contar con su música a lo largo de doce canciones.
El concierto comienza y el público se limita a escuchar, pero, a medida que atraviesan el setlist compuesto únicamente por los temas del disco, se hace inevitable comenzar con el vaivén de caderas, pies marcando el ritmo, sonrisas y a los pocos minutos estalla el baile.
A pesar de la complejidad de las nuevas canciones en cuanto a arreglos y técnica, consiguen plasmar la energía de “Buen Clima” con la naturalidad inherente a grupos que forman parte del panorama musical actual. Y, conociendo las colaboraciones en el disco, más de uno esperaba alguna aparición sorpresa durante la presentación.
Siguieron estrictamente el orden del álbum. Tal y como está compuesto y grabado es suficiente para generar unos valles y picos de euforia y baile en el público, pero hay que destacar el sonido de “Aquí bien” y los bailes que le siguen a “Óyeme”.
El momento de la despedida demostró lo cómodos que están en un escenario y las ganas de los asistentes de seguir pasándolo en grande. Por eso, después de mucho corear “¡Otra, otra!”, nos concedieron no una, sino dos canciones extra para poner el broche final a una presentación magnífica. Cerraron con sus archiconocidas “Chibichanga” y “Verbenita”.
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SOBRE EL DISCO