lunes, 10 de septiembre de 2018

Talento emergente que trae nuevos aromas musicales



Como si de la vuelta al cole se tratase, los rockeros también tenemos cada septiembre una vuelta a la rutina de los conciertos en salas. Y en Musincronizados no quisimos esperar más tiempo y el mismo día uno de septiembre nos lanzamos a la sala Maravillas para disfrutar de dos bandas emergentes las cuales prometen dar mucho bombo.

En esta ocasión Dependel Día y Daphne hicieron las delicias de los allí presentes con un directo enérgico basado en unas potentes bases rítmicas y en una propuesta poco común que nos sorprendió gratamente. Sus señas de identidad sobre el escenario son gran actitud y entrega, con las que llenaron de intensidad todos los rincones de la sala.




Los primeros en incitarnos a mover las cabezas fueron los chicos de Dependel Día. En su rock urbano con influencias del metal demostraron que saben dar caña y hacérnoslo pasar bien gracias a su divertido directo. El buen rollo del bajista interactuando con sus gestos constantemente con el público, la pegada a los parches del batería o la llamada de Dani a reunirnos en primera fila a los asistentes, hicieron de su concierto algo muy cercano. Y es que así son estos chicos, tan pronto se te pueden poner románticos con "Noviembre", como pueden tirar de rabia y crítica en “R.A.T.A.S.”.




El momento más cachondo de la noche llegaría cuando el cantante quiso saber la edad de los asistentes para después asegurar que todos conoceríamos la siguiente canción. Se refería ni más ni menos que a la mítica “Oliver y Benji" (Campeones), una versión rockera de la sintonía televisiva, en la que, además, añadieron fragmentos como la canción de La bola de cristal, el “Niños niños; futuro futuro” de Los Simpson, el “Autorretrato” de Extremoduro o el “Mierda de ciudad” de Kortatu.
En definitiva, los Dependel Día son capaces de hacernos pasar de mover la cabeza a hacernos saltar en cuestión de un par de canciones.




Los siguientes en saltar al ruedo fueron los peculiares Daphne, una atractiva propuesta anunciada como rock sin guitarras. Una batería y un bajo componen a esta pareja que nos despertaba mucha curiosidad y no nos defraudó.




Tan sólo con ver colocada la enorme pedalera del bajista y el gran ampli que mostraban a la palestra, a estos dos se les notaba que venían con ganas y cumplieron. Más de un guitarrista mataría por poder usar las cuatro cuerdas como lo hace Marcos.

Con simplemente dos instrumentos, demostraron que son capaces de llenar de sonido contundente cualquier sala que se les ponga por delante. Sobre todo, gracias a un bajo que juega a ser una guitarra con su afinación y que nada tiene que envidiar a míticas guitarras ya consagradas. A más de uno, es posible que esta afinación le traiga a la mente las cuatro cuerdas de Lemmy.
Y no nos olvidemos de Jesús. Su papel en la batería fue el complemento perfecto para el viaje musical que nos ofrecieron estos dos chicos. Nos metieron en "El círculo" que nos llevó "Al otro lado" de la realidad del rock alternativo, donde "Arañas" y "Alfileres" fueron sinónimos de sensualidad y "El huracán" nos hizo "Volver a nacer" y vimos crecer "Lilas en tu piel".




Al finalizar el concierto, Marcos tuvo el enorme detallazo de bajarse al púbico y agradecer uno por uno a los presentes en la primera fila su asistencia, un gesto sublime y fuera de lo común.

En resumen, éste era sólo su tercer concierto, pero después de ver la brutalidad de su sonido en directo, estamos ansiosos de escuchar su primer trabajo de estudio. Atentos a nuestras redes porque vendrá acompañado de una entrevista musincronizada 😉




Comenzamos septiembre con dos bandas emergentes que evidenciaron la calidad de nuestro rock nacional. Y después de la intensidad que mostraron, una cosa nos queda clara y es que repetiremos.



Texto: Gaia Villa
Fotos: Borja Díaz


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