miércoles, 18 de octubre de 2017

Estalla todo un volcán sonoro en Alcázar de San Juan





Comienza la noche. Aparco el coche con dudas de la mucha o poca gente que pueda asistir esta noche a ver a Sôber en directo en la Sala Area de Alcázar de San Juan. Poco me duró esa sensación cuando vi la cola de gente de todas las edades que estaba esperando para pasar. Una sensación de alegría me recorrió el cuerpo cuando pude ver que el rock era aún capaz de mover a gente desde bien jóvenes hasta más adultos, evidentemente con otra perspectiva del concierto al ser un grupo mucho más mítico para ellos.

Ordenan en la sala que vaya pasando la gente y los teloneros, Noviembre XI, se bajan del escenario ya que habían estado probando hasta el último momento para sacar el mejor sonido posible. Se bajan las luces y se escucha un silencio, que hubiera sido puro si no fuera por el barullo de la gente esperando para entrar. Un torrente de gente comienza a entrar, y lo que era una habitación vacía se convirtió en una sala llena de rockeros donde empezó a correr la cerveza y la inquietud de ver por fin el espectáculo que se les había prometido.




Sube Noviembre XI al escenario, y comienza un sampleo de una melodía que invitaba a cerrar los ojos y dejarse llevar hasta que entra una tormenta de guitarras, bajo y batería que te despiertan de golpe para nunca volver a cerrarlos. Destacó su potencia en el sonido de las guitarras y bajo, que sobresalieron lo suficiente para maquillar sus problemas de sonido.

Cuando terminaron los teloneros se respiraba tensión, todos sabíamos que ahora venía el plato principal, por lo que habíamos ido hasta allí y la razón de que esa sala estuviera hasta arriba: Sôber.




Comienza el espectáculo con un ambiente oscuro y una música que avivaba la tensión, dos enormes telones con la imágen de unos triángulos iluminados en morado desde abajo y en sintonía con el bombo de la batería indicaban que iba a ser un comienzo épico, y así fue. Como un cañón de sonido entró "Vulcano" en la Sala Area de Alcázar de San Juan, y al contrario de lo común ese cañón no mató sino que revivió a toda la gente que estaba esperando.






La combinación de un buen espectáculo de luces por parte de la sala que se amoldó a la banda de forma perfecta sumado al potente sonido de la banda y a las ganas de rockear de todos dejó que pasara desapercibido, o que se nos olvidase, que el sonido de la sala era algo mejorable. Se siguió esa dinámica a lo largo de todo el concierto, con temazos de su último disco como "Arena" y otros temas más clásicos como "Tic Tac", "Arrepentido" o "Loco", con el que cerraron una actuación frenética en la que el público se entregó hasta el final.

Lo más destacable de la Sala Area: tenemos que aplaudir su espectacular trabajo en los temas de seguridad y atención en barra, ya que trabajaron de forma impecable tanto durante como después del concierto, de manera que el concierto fue una experiencia agradable para todo el mundo.

Podemos concluir con una más que agradable sensación de que el Rock, aunque muchas veces no lo parezca, sigue ahí al pié del cañón, con seguidores fieles dispuestos a darlo todo y gente volcada en que funcione. Gracias a Söber, Noviembre XI, Sala Area y todos sus equipos.




¡Que viva el Rock y todos los que lo hacen posible!




Texto y fotos por:

Álvaro Carrascosa, del
grupo Muntz

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