viernes, 6 de octubre de 2017

Gigante, un festival enorme


 El mes de septiembre empezó muy bien para nosotros, ya que lo pasamos en Guadalajara disfrutando de una nueva edición del Festival Gigante. Una vez instalados en la confortable zona de acampada, nos dirigimos aprovechando el servicio gratuito de autobuses al Estadio “Fuente de la Niña”, donde los conciertos ya habían comenzado. Este es un tema que estamos comentando hace tiempo, ya que a la gente que venimos de lejos, supone un problema que los festivales comiencen los viernes a horas tan tempranas.

 El caso es que llegamos al Escenario Guadalajara con el concierto de Los Coronas acabando —que por cierto sonaron espectaculares el rato que pudimos escucharlos—, pero nos perdimos por desgracia las actuaciones de Beluga, Juan Zelada, Julián Maeso, y Fônal. Poco a poco iba llegando el público al recinto y decidimos tomar posiciones en el Escenario Gigante para presenciar uno de los conciertos que más nos interesaban, Depedro; no nos defraudaron. 




 Liderados por Jairo Zavala…Desde "Como el viento" hasta "Comanche", largo repaso por sus cuatro álbumes en solitario. Con representación principal de "El Pasajero", lo más aclamado fueron antiguas canciones del repertorio. "Nubes de Papel" es vibrante a oídos de un público rendido al cante comunitario, mientras que la deliciosa "Diciembre" suena como un disparo directo al corazón. Para mayor profundización en el grato sentimiento del amor, Jairo anuncia "Te sigo soñando" como su canción más romántica y nos sumerge en el baile agarrao'. Pero Depedro no es sólo eso y el baile, la cumbia y el desenfreno se manifiestan abiertamente en temas como "El Pescador", "DF" o "Llorona", con el que resulta imposible no cantar a viva voz (incluso llegando al chillido) es un himno al amor y al dolor, que suena de escándalo en la potente voz de Jairo.




 Turno para Niños Mutantes. Los andaluces, estuvieron acompañados en los teclados y la guitarra por Alonso D. Carmona de Napoleón Solo, con el que demostraron tener gran complicidad sobre el escenario. Un escenario en el que se despidieron de su temporada de festivales. Comenzaron con fuerza con su single “Menú del día”, que arranca con un bajo muy distorsionado que, en mi opinión, es una declaración de intenciones sobre la sonoridad que va a tener el concierto, con una letra, cruda y sin paños calientes, entra directa con un mensaje social de plena vigencia. Poco a poco fueron desgranando casi por completo su último disco con temas como “Glaciares y Volcanes”, “NM”, “Jovencita”, “La Balada del Hombre Libre”, “Salmo” y “El Instante”, sin dejar de lado su artillería pesada de hits como “Las Noches de Insomnio”, “Náufragos”, “Hundir la Flota” y “Todo va a cambiar”. Gran concierto como siempre.




 El plato fuerte de la noche llega con Love of Lesbian, indiscutibles cabezas de cartel de esta primera jornada. La banda catalana son posiblemente la banda con más bolos por territorio nacional y su llegada a Guadalajara se estaba demorando en demasía. En este momento nos damos cuenta que puede ser la jornada con menor afluencia de público de todas las ediciones que hemos podido disfrutar de este encantador festival. Y esto es así, nos encanta el Gigante y en especial es por este hecho, con muchos detalles y muy buen ambiente, no está masificado y eso se agradece. Poder disfrutar de bandas de este calibre sin sufrir apretones, empujones o minis de cerveza que te calen los pies es un lujo que hay que preservar. 
 Pero vamos al lío… Santi Balmes sigue en sus trece, es un 'frontman' de los pies a la cabeza y parece que con el incansable Ricky Faulkner con el bajo en la retaguardia se siente mucho más a gusto. De vuelta con "El poeta Halley", los lesbianos están cosechando incontables éxitos. Pero su "1999" es inigualable al ver como disfrutan las canciones de aquel álbum los allí presentes. "Allí donde solíamos gritar", "Club de fans de John Boy", "Algunas plantas", "Incendios de nieve" o la homónima "1999", son himnos de aquel histórico disco que cambió la vida de este grupo. Otros hitos destacables fueron "Manifiesto Delirista", del EP "Nouvelle Cuisine Caníbal", con un bonito collage de retratos en la pantalla trasera o "Los Toros en la Wii" (Fantástico), catalogada por ellos mismos como posiblemente la canción mas extraña que hayan compuesto nunca (que ya es decir). Para cerrar el show la emotiva "Planeador", que abre su último disco y con la que pusieron el broche de oro a una magnífica actuación que encandiló a todos.




 Tras ellos llegaron Fuel Fandango. Ale y Nita son pura energía encima del escenario. Acompañados de bajo y batería, el dúo canario-cordobés, en un torrente de groove, funky, electrónica, rock y flamenco, esconde una magia que te deja descolocado. La puesta en escena, con los bailes y taconeos de Nita, ya te embelesa y la potencia de la banda encima del escenario acaban por convencerte de que aquí hay futuro y mucho.




 A la par en el escenario Talento Gigante, podíamos disfrutar del concierto que nos ofrecía Playa Cuberris. Concierto lleno de Rock y más Rock lleno de guitarras potentes, que hicieron las delicias de los que pudimos verlos. Aquí una muestra.




 Para cerrar la noche de nuestra primera jornada, llegó el turno de Shinova, que repasó su último disco "Volver", Fue un concierto en el que se echó en falta algo más de garra y posiblemente de transmisión al público. Falta de movimiento encima del escenario que en esas horas de la noche y bajo el frío reinante en Guadalajara puede llegar a bajar el nivel de euforia del personal. De cualquier modo, realizaron un concierto óptimo para esta primera jornada.




 El sábado por la mañana, tras un merecido descanso, amaneció un día soleado y espectacular en Guadalajara que hacía presagiar una jornada intensa de música y diversión desde el mediodía. Y allí que fuimos hacia la Plaza de Santo Domingo donde YO, Estratosférico —grupo local— lo dio todo bajo un potente sol en un espectáculo cercano que hizo las delicias de decenas de seguidores que vestían camisetas de la formación. Poco a poco el ambiente en la plaza iba a más, aunque la gente intentaba protegerse en la sombra del sol que a esas horas golpeaba con fuerza.


 Llegó el turno de los madrileños Desvariados, un interesantísimo grupo de Rock n’ Roll, que trajeron una propuesta basada en un estilo propio desarrollado a partir de influencias de grupos como Burning, Tequila o Los Enemigos, que se mezclan con matices de la música de raíz americana como el blues o el country.

 Concierto divertido el que pudimos vivir.


 Tras ellos llegó el turno de un Pop apto para todos los públicos, el turno de Julieta 21, que nos ofrecieron un concierto lleno de vitalidad y nos llevaron a vivir una gran fiesta haciendo que los allí presentes nos lo pasásemos muy bien.
 Después de este mediodía tan animado, decidimos retirarnos y prepararnos para lo que nos esperaba esa tarde-noche en el recinto del festival.




 Una vez allí Teníamos claro que los temazos de León Benavente eran imprescindibles, y eso que el horario menguó ligeramente su directo a nivel visual. Sobre Abraham Boba y compañía creo que ya os hemos contado todo. Sus conciertos nos suponen una descarga continua de energía y desenfreno. Boba estira y desgarra la voz a su antojo, su prepotencia y arrogancia te hace odiarle por momentos, pero siempre sumergido en esos ritmos taladrantes. Los picos más altos del potenciómetro gigante se producen según manda el guión, “Ánimo Valiente” y “Ser Brigada”. Esta última se ha convertido en un auténtico fin de fiesta en sus conciertos.

 En el siguiente escenario, preparado estaba Coque Malla que llevó hasta Guadalajara un concierto lleno de calma y pudimos disfrutar de canciones como "Berlín" o "No puedo vivir sin ti". También hubo momentos para recordar los tiempos locos de Los Ronaldos (hace 30 años que debutaron) y de dejarse llevar hasta el extremo corporal e instrumental con "Todo el mundo arde". Desde luego dejó a todo el mundo prendado con su actuación.

 Nada Surf dio una lección de cómo hacer bien un concierto de una hora sin dejarse nada en el tintero.  Su comienzo con 'Cold to see clear' funcionó para calentar las guitarras y al personal, ya que el frío empezaba a asomar en el estadio Fuente de la Niña. Su último disco fue parte protagonista de un show sin artificios, con un juego de luces justito para no eclipsar el talento del cuarteto neoyorkino.




 Uno de los platos fuertes del sábado era ver en acción a Iván Ferreiro presentando "Casa" en Guadalajara. Un arranque fácil de adivinar, que sigue la misma pauta que en sus últimas actuaciones con "Casa, ahora vivo aquí" y "Tupolev". Una parte de crescendo con "Dies Irae" y "El viaje de Chihiro", clásicos de su setlist antes de llegar al culmen con la pirata "Años 80" y "El dormilón". El final no podía ser otro que la siempre segura "Turnedo", con la que primero jugó al despiste en la parte instrumental para terminar cantándola a coro con el público.

Ya pasada la medianoche, pero lo mejor estaba por llegar para nosotros. Nuestros vecinos The Gift, que centraron su concierto en "Altar", su último disco lleno de variedad y ritmo. La voz grave de Sonia Tavares se movió entre las animadas 'Big Fish' (tocada dos veces) o 'Clinic Hope' hasta 'Vitral' o 'You will be queen', dedicado a todas las presentes entre el público. Sin duda alguna, lo mejor para cerrar una experiencia Gigante fue ver a la propia Sonia entre el público deleitándonos a capella con una versión de 'Everything Now' (de Arcade Fire) y 'My Way' (de Sinatra). No hay móvil que captara con claridad aquel momento de casi adoración, con toda la gente sentada en corro en el suelo.

La conclusión que sacamos es que el Festival Gigante evoluciona paso a paso sin atragantarse. Que el camino es el adecuado y se nota año a año. Los errores son asumibles ya que surgen al buscar mejoras, y aunque es evidente que tienen cosas que mejorar y mucho que crecer, si siguen trabajando así cada vez ocuparán un lugar más alto.

¡¡Nos vemos sí o sí el año que viene, Gigante!!



Texto por:
Noelia León y Daniel Villar

Fotos por
Elena Quintero

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